Editorial.- ¿600 millones de dólares? ¿600? ¿Después de que hasta Forbes lo calculara en más de 2.700 millones? La declaración de patrimonio del ex Presidente Sebastián Piñera es una burla a la inteligencia de los chilenos y, de paso, confirma la mentira que sustentó su fideicomiso durante su mandato, el cual no fue ni ciego ni total.
"Es que se trata de los avalúos fiscales"... por favor. ¿Acaso existen avalúos fiscales para los precios de las acciones? ¿O está declarando solo inmuebles? "En el caso de las sociedades, se toma el valor libro"... por favor. ¿Menos de un cuarto del valor comercial?
En el intertanto, lanza una serie de diatribas contra los inmigrantes, emulando a Donald Trump y Marine Le Pen, y enarbolando los miedos que dicen manifestar los chilenos a través de las encuestas, todas encargadas y difundidas por un solo sector. ¿Quiere que creamos que son los migrantes los culpables de los problemas económicos? Es la forma más fácil de ganar una elección: busca algo que le dé miedo a la gente y encuentra un culpable.
No, señor. La culpa de la situación económica que vive la mayoría de los chilenos de real clase media y baja no son los migrantes: es una distribución de la riqueza desigual; son empresarios (como Piñera) que eluden su responsabilidad con el país sacando sus capitales fuera y dejándolos en paraísos fiscales para no pagar impuestos; es la escasa regulación de las actividades y el nulo resguardo de los derechos del consumidor, ciudadanos y hasta humanos.
La causa está en las mentiras, como aquella de que su patrimonio son solo 600 millones de dólares. Por favor.